Friday, September 16, 2005

Querida tía Carlota

En alguna parte en el sur de África hay comunidades nativas que consideran al recién nacido como un ser sin mucha importancia. El nacimiento mismo no es un acontecimiento de celebración.

Cuando alguien de la comunidad fallece todo el resto de actividades de la comunidad se detienen y se inicia el “tiempo” en que se debe aprender de la persona que cumplió su misión en la Tierra. No es el momento de llorar, es el momento de reconocer lo bueno que esa persona logró durante su vida. Al reconocer el aporte de la persona a la comunidad es que se genera un sentimiento positivo, pacífico y hasta de orgullo.

Yo no me olvidaré de tus “apachurrones” y besos. Ni tampoco de tu mirada alegre y llena de buenos deseos. Así que si no lo sabias, afectaste positivamente mi vida con valores que son reales y vitales. Yo me siento orgulloso por tu vida, te agradezco por haberme incluido en ella.
Llego el momento en que debes descansar y el momento en que nosotros debemos aprender. Descansa en paz sabiendo que lograste que muchas personas te quieran y necesiten. Desde lo alto cuida de nosotros.

José Antonio, Tatiana, Marko y Andre.

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